Hada leyendo, en una película de Lotte Reiniger

Aunque un poco tarde (Andrea hizo esta actividad el 15 de diciembre), no queríamos dejar de comentaros cómo fue la proyección en Entredós de las pioneras del cine de animación.

La historia del cine de animación corre paralela a la historia del cine y, como hemos ido viendo en el espacio mensual ‘Compartir miradas’, en la historiografía oficial es difícil encontrar el reconocimiento a mujeres cineastas, pese a lo trascendental de sus obras. El cine de animación cuenta con la ventaja de ser un arte en el que la creatividad puede volar muy muy lejos: todo es posible en la animación. Es un arte para el que es necesario la paciencia, como bien expresaba en sus clases la pionera Lotte Reiniger, pues cada movimiento debe ser fotografiado. Mientras en el cine de imagen real se analiza y descompone un movimiento real (24 imágenes por segundo), en el cine de animación se construye un movimiento inexistente en la realidad (desde 24 hasta 8 imágenes por segundo).

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El largometraje de animación de Lotte Reiniger, Las aventuras del príncipe Achmed (1926), es el primero de la historia del cine que se conserva. Para realizar esta película de 65 minutos y 300.000 imágenes individuales, Reiniger dedicó tres años. Reiniger nació en Berlín en 1899 y su obra se caracterizó por la animación con siluetas negras. En 1919 hizo su primera película. En la proyección en Entredós vimos un corto realizado en 1923 que, para sorpresa de las asistentes, se trataba de un spot publicitario de una conocida marca de crema hidratante. También vimos La cenicienta de 1922, película de 13 minutos que pareciera una parodia del cuento, y en la que podemos ver cómo las siluetas se van recortando delante de nuestros ojos, contando una historia mientras narra cómo ha sido hecha.

Después vimos el cortometraje de Mary Ellen Bute, Spook Sport, de 1940. Bute (1906-1983) es una pionera norteamericana, una de las primeras mujeres del cine experimental. Su especialidad fue la creación musical audiovisual, realizó muchas películas musicales abstractas, de las cuales la mayoría fueron programadas en el Radio City Music Hall de Nueva York. Sus creaciones son puro placer visual y musical. En Spook Sport contrató al que después fue reconocido creador de cine de animación Norman McLaren.

Tras este cortometraje, pasamos a ver una parte de la conocida película Rebelión en la granja (1954), basada en la novela de George Orwell. Es el primer largometraje de ficción creado en Gran Bretaña y la que se puede considerar como primera película de animación para público adulto. Fue creada por Joy Batchelor y su marido John Halas. Batchelor y Halas crearon en 1940 uno de los mayores estudios de animación en Europa, y produjeron más de 2000 películas en 50 años de trayectoria. Hicieron varias películas de entretenimiento y también publicitarias, pero muchas de sus creaciones son muy personales. Vimos un cortometraje en que parece que se rebelan contra la industria del consumo, Automania 2000 (1963), en el que nos situamos en una sociedad del futuro donde se crean coches sin parar; tanto es así que el mundo está invadido de automóviles y la gente vive en ellos. Una creación con mucho ingenio y una sátira contra la sociedad del consumo.

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Con el debate sobre las películas se nos hizo tarde y nos quedó por ver alguna creación de Faith Hubley (1924-2001), que empezó en Hollywood como mensajera de una gran productora a los 18 años y llegó a ser una importante cineasta de animación, en solitario y con su marido John Hubley, ganando varios Oscars por sus películas.

También queríamos haber visto alguna obra de Caroline Leaf (nacida en Seattle en 1946), quien ha utilizado desde sus inicios una técnica propia valiéndose de un material hasta entonces no utilizado en este cine: la arena de playa. The owl who married a goose (1974) es un verdadero trabajo de investigación sobre el terreno, pues lo creó tras su convivencia con población esquimal. Con The Street (1976) consiguió el reconocimiento internacional y este cortometraje quedó segundo en el ranking de las mejores películas de animación de todos los tiempos en la Animation Olympics de Los Ángeles en 1984.

Otra pionera, del Estado español, cuya obra hubiéramos querido proyectar, es Anna Miquel (Barcelona, 1949), artista y cineasta. Una de sus películas, Gnocchi l’inconformista (1978), se cita en el interesante libro Mamá, quiero ser artista. Entrevistas a mujeres del cine de animación.

PD: En esta recogida de información para la proyección, descubrimos un blog muy interesante, Mujeres animando, y la organización Women in animation, que desde 1994 lleva creando red entre cineastas de la animación.

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