Comenzamos la segunda sesión del proyecto ‘Querían brazos y llegamos personas’ dedicada al guión recordando que, como nuestra radionovela va a versar sobre trabajo doméstico y migración, en la primera sesión decidimos rebuscar entre nuestros recuerdos para extraer material autobiográfico. Compartimos experiencias del proceso migratorio y en esta segunda sesión decidimos hablar del trabajo doméstico y de cuidados.

Partimos del relato “Manual para mujeres de la limpieza” de Lucía Berlin, incluido en el libro del mismo nombre. Berlin (EEUU, 1936-2004) tuvo una vida marcada por la precariedad y la enfermedad. Con 30 años se encontró con cuatro hijos, separada de su tercer marido, adicto a la heroína, y sin recursos. Tuvo que ponerse a trabajar en todo tipo de empleos y uno de ellos fue como mujer de la limpieza. Berlin reflejó esta experiencia en “Manual para mujeres de la limpieza”.

En la sesión Iris leyó un fragmento del texto y observamos cómo el relato está estructurado por paradas de autobús, de las diferentes líneas que tenía que tomar para acudir a las casas en las que limpiaba Berlin. En cada parada describe a las personas que están con ella en la parada del autobús, el trayecto y la casa que limpia, y da pinceladas sobre su vida personal. Además, en cada fragmento incluye un consejo para mujeres de la limpieza. Escoge pequeños detalles que son muy reveladores y con apenas una pincelada consigue caracterizar a las dueñas de las casas o a sus compañeros de viaje.

Tras leer el texto, varias compañeras comentaron que les había resonado mucho todo lo que cuenta Berlin. Partir de las paradas de autobús no es baladí, ya que son lugares clave para muchas mujeres que trabajan en servicio doméstico. Es un espacio de encuentro en un trabajo que se caracteriza por su aislamiento, en el que conocer a otras mujeres y establecer lazos que muchas veces se convierten en amistad. Muchas mujeres, de hecho, han llegado a Territorio doméstico porque alguien se lo contó en un trayecto de transporte. Los parques son otro espacio importante donde se encuentran mujeres que cuidan niños o ancianos, y entre las que a veces tan solo una mirada es suficiente para establecer complicidad. Estos espacios de encuentro también sirven para que las más veteranas compartan consejos como los que da Berlin con las recién llegadas, ya que las manías y costumbres de las “señoras” que cuenta el relato siguen vigentes hoy en día.

Después del debate, propusimos una dinámica: escribir un texto siguiendo la estructura de “Manual para mujeres de la limpieza”. Escoger una parada de metro o bus que tomamos para ir a trabajar, describir las personas que están esperando el transporte y después pasar a alguna de las casas en las que trabajamos, incluyendo algún consejo para otras mujeres. En los relatos que compartimos surgieron anécdotas e historias muy potentes. Consejos como ‘nunca que te creas que eres como de la familia’ o ‘desde el primer momento no des más de lo que puedas y tengas estipulado’; amistades que surgen en el intercambiador de Moncloa y que son la persona ideal a la que llamar cuando sucede algún desastre con la limpieza; las órdenes contradictorias que dan muchos matrimonios (¡limpia las cortinas!, ¡no las limpies!); historias sobre trabajar en la residencia de unos nobles en Reino Unido, donde hasta los electrodomésticos tienen nombre propio (¡Henry la aspiradora!); o las estrategias que se despliegan para conseguir hablar con la mujer de la limpieza de la casa de enfrente, a quien su jefa no deja “perder el tiempo” conversando con nadie.

Las protagonistas de la radionovela

A continuación, realizamos un ejercicio para empezar a dar forma a los personajes protagonistas de nuestra radionovela. Cada compañera tenía que rellenar las siguientes frases incluidas en distintas tarjetas, cada una de un color:

  • Cuando …… me di cuenta de que tenía que emigrar a España.
  • Desde que migré, mi familia o amistades siempre me dicen que he cambiado en…
  • El día que conocí Territorio…
  • Cuando sea presidenta del gobierno, mis tres primeras medidas van a ser…

Una vez rellenas, nos dividimos en dos grupos. En cada grupo se juntaron las tarjetas y se entregaron al otro grupo. A partir de ahí, cada grupo tenía que leerlas y escoger una combinación de ellas para crear un personaje. Dimos algunas preguntas para ir dando forma a esos personajes:

  • Nombre
  • Edad
  • País de origen
  • Familia (si tiene pareja, hijas/os…)
  • Aspecto
  • Color preferido
  • Le gusta bailar
  • Un objeto que le defina
  • Si fuese un animal, sería…
  • Si fuese una comida, sería…

Los personajes que creamos fueron:

Quisqueya (vocablo aborigen taíno que significa madre de las tierras) tiene 30 años y es ecuatoriana. Tiene piel trigueña y pelo rizado, largo. Su color preferido es el verde porque es el color de la esperanza. Le gusta bailar y cantar porque se le quita la tristeza. Siempre lleva encima una medalla de una virgen que le dio su madre para que le proteja. Si fuese un animal sería una pantera, y si fuese una comida, guacamole.

Yuritsi tiene 50 años y es de Nicaragua, donde tiene a sus padres y hermanos. Es gordita, de pelo castaño oscuro y en su rostro siempre hay una sonrisa. Le encanta el blanco, porque se quería casar de ese color. Le gusta bailar aunque no se le da muy bien, a diferencia de cantar, que lo hace fenomenal. Un objeto que le define es su bolso, porque contiene su vida. Si fuese un animal sería una guacamaya, y si fuese una comida, codornices en pétalos de rosa.

Amalia tiene 38 años y es de Honduras. Tiene un esposo que está sin trabajo. Mide 155 cm, es redondita, y suele llevar su pelo largo negro recogido. Sus ojos son pequeños y almendrados. Sus colores preferidos son el azul, el blanco y el verde. No le gusta mucho bailar en grupos grandes y si hubiese que definirla por un objeto, serían sus tacones altos. Si fuese un animal sería un colibrí, y si fuese una comida, un llapingacho.

Mayra Alejandra tiene 52 años, es dominicana y soltera. Tiene un hijo, una hija y una nieta. Mide 170 cm y tiene el pelo largo y rizado, grandes ojos negros, curvas y piel negra. Sus colores preferidos son los del arco iris y le gusta mucho bailar. Siempre lleva grandes bolsos. Si fuese un animal sería una loba, porque cuida su territorio, y si fuese una comida, sería arroz con habichuelas.

Aquí puedes escuchar la relatoría sonora de la sesión:

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