En Pandora nos chiflan las recomendaciones literarias. Este mes nos sumamos a la iniciativa #LeoAutorasOct para visibilizar escritoras con algunas de las lecturas que más nos han entusiasmado en los últimos meses.

Yo, Tituba, la bruja negra de Salem (Impedimenta), Maryse Condé. La escritora antillana recrea la historia de un personaje que figura casi como un pie de página en el famoso episodio de las brujas de Salem. Se trata de Tituba, esclava del predicador Samuel Parris, que confesó practicar la brujería tras recibir una paliza, pero que logró evitar la ejecución gracias a esta confesión. Condé imagina su infancia en la isla de Barbados y su aprendizaje del arte de lo sobrenatural y del oficio de curandera, así como el choque que supone para ella entrar en contacto con el oscuro y opresivo mundo de los puritanos de Massachusetts.

Las abandonadoras (Destino), Begoña Gómez Urzáiz. ¿Qué clase de madre abandona a su hijo? La periodista Begoña Gómez Urzáiz parte de esta pregunta, que le obsesiona desde hace años, para explorar las vidas de mujeres célebres que abandonaron a sus hijos en algún momento de su vida. María Montessori, Ingrid Bergman, Joni Mitchell, Doris Lessing… Cada caso es fascinante y se aborda tratando de entenderlo, sin juzgar. Las historias de estas mujeres más conocidas se alternan con reflexiones sobre la maternidad en primera persona y se cierran con las historias menos célebres de mujeres migrantes que tuvieron que dejar a sus hijas e hijos atrás cuando migraron.

Frente al espejo (Irakura Editorial, 2023), Iseo. Libro de relatos cortos, ficción biográfica. Tras más de una década dedicándose a la música, seis álbumes publicados y una extensa lista de conciertos por todo el mundo, lseo lanza su primera publicación como escritora. Esta colección de relatos viaja desde sus re­cuerdos de la infancia y juventud hasta reflexiones sobre las relaciones, la nostalgia y, por supuesto, la música. Sin artificios, sin edulcorantes. Reflejos de la intimidad de la artista pamplonesa.

El señor de la noche (Duermevela, 2022), Tanith Lee. En esta serie de relatos encadenados, Tanith Lee se transforma en una narradora oral de otra época y lugar. Más que historias inventadas en los años 70, parecen arquetipos recogidos de antiguas tradiciones y moldeados nuevamente. Esta autora británica es una maestra en explorar la exquisitez de lo perverso, la belleza de la maldad, lo simbólico de la sexualidad.

Del color de la leche (Sexto Piso 2013), Nell Leyshon. En esta novela, corta y afilada, Nell Leyshon nos lleva a una zona rural de Inglaterra en 1830. Mary tiene 15 años, su pelo es del color de la leche y tiene una deformidad en la pierna. Acaba de aprender a escribir. En primera persona, a través de una escritura naif en las formas pero llena de dureza y violencia en su contenido, nos cuenta cómo cambia su destino tras pasar de vivir y trabajar en la granja familiar a servir como criada en la casa del vicario del pueblo.

Doble Esplendor (Gadir) de Constancia de la Mora. Estas memorias, escritas desde el exilio en 1939, son páginas apasionantes y reveladoras sobre la historia de España. Connie, nacida en 1906, fue una niña de familia aristócrata y conservadora, nieta de Antonio Maura, que ser rebeló contra su destino de esposa en un matrimonio de conveniencia y contra los privilegios de la burguesía que mantenía a la población española sumida en la miseria. Un libro sobre la monarquía, la dictadura de Primo de Rivera, la II República y la Guerra Civil, mucho más que una autobiografía. Lo cotidiano, lo subjetivo, lo personal y lo social se hilvanan de manera natural y deliciosa con lo político e histórico desde su mirada particular de mujer y militante comunista. Puede que no se esté de acuerdo siempre con ella, pero hay que leerla y disfrutarla.

Las herederas (Alfaguara) de Aixa de la Cruz. Utopía divertidísima que flirtea con el realismo mágico y que esconde verdades como puños. Aunque al principio no lo parezca, Aixa de la Cruz indaga sobre imaginarios con los que salir del sistema capitalista. Y lo hace a través de cuatro personajazos, dos primas y dos hermanas unidas por la herencia: la casa del pueblo de su abuela, que se acaba de suicidar. Allí transcurre una trama alucinógena donde las protagonistas se lamen sus heridas. Cada una con su trauma y su pedrada. La autora urga sobre algunos dramas del turbocapitalismo y del patriarcado como la medicalización de las mujeres, la no corresponsabilidad de los parejos, la drogadicción o la cultura de la violación a través de un género que recuerda a la comedia de enredos. Grotesco, ingenioso, inesperado.

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